“En los diálogos hay muchas cosas que nos dejan una franca duda, una insatisfacción muy grande, por ello debemos incrementar mucho nuestra oración para pedirle al Señor que estos diálogos sean hechos por personas que realmente quieran la paz”.

El prelado recordó que la paz comienza en los corazones de las personas y que se cultiva en la familia. “La familia es casa y escuela de comunión y paz. Si hay paz en mi corazón, yo puedo vivir la paz en mi familia“, afirmó.

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