Conozca más del trabajo de la Comisión de Conciliación Regional de Boyacá

Sogamoso, 28 de septiembre de 2018. – Este viernes 28 de septiembre, cerca de 80 personas, provenientes de distintos sectores de la ciudad y de provincias como Tundama, La Libertad, Sugamuxi y Valderrama, se reunieron en el Centro de Convivencia Ciudadana, para dialogar, reflexionar e indentificar los compromisos de las víctimas en torno a aspectos como verdad, justicia, reparación, garantías de no repetición y reconciliación; y definir sus expectativas frente a las autoridades competentes para resarcirlas adecuadamente y en perspectiva de avanzar a que se conviertan en sobrevivientes.

Se trata de una iniciativa desarrollada por la Comisión de Conciliación Regional de Boyacá, bajo la presidencia de Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, Arzobispo de Tunja y la Comisión de Conciliación Nacional con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer (KAS).

La Iglesia convocó en este espacio a miembros de la Mesa de Participación de Víctimas de Sogamoso, de la Mesa Departamental de Víctimas de Boyacá, del Ejército Nacional y representantes de la Personería Municipal para que puedieran dar a conocer sus dificultades y expectativas, a partir de sus historias propias de victimización, muchas de ellas, acaecidas en otros departamentos del país.

Éste es el primer foro-taller de los cuatro que están previstos para el segundo ciclo “las víctimas tienen la palabra”, que tendrá también lugar en otras regiones como Soatá, Chiquinquirá y, una vez más, en Tunja, lugar en el que se albergan cientos de víctimas provenientes de diferentes zonas del país. El primer ciclo fue realizado entre 2017 y lo que va corrido de 2018 en los municipios de Tunja, Santana, Puerto Boyacá y Garagoa.

Durante su desarrollo, Stephan Miethke, Asesor Internacional de la Comisión de Conciliación Nacional, compartió con los asistentes una charla sobre autocuidado, basada en el Manual de las 11 Claves de los Diálogos Pastorales publicado por la CCN en 2017, haciendo énfasis en aspectos como la humanización; elementos para el cuidado espiritual de nuestros semejantes y de nosotros mismos (atención al marginado, compasión y amor por todos, acción liberadora, esperanza, trabajo en conjunto, resistencia frente a la desigualdad y la injusticia, y la necesidad de denunciar la codicia y fortalecer la equidad); elementos para el cuidado psicológico que fortalecen el trabajo pastoral (respeto por la dignidiad humana, la escucha activa, la creatividad en grupo, la postura ética); y prácticas cotidianas para afrontar el malestar, la carga de sufrimiento que nos deja el contacto con el dolor humano.

Temas como la justicia resturativa y el perdón también fueron objeto de discusión de la jornada, éste último visto como una acción liberadora, como una decisión y derecho único de la víctima. “Busquen ustedes mismos el camino para que puedan perdonar, pensando en ustedes y sus familias”, fue la invitación hecha por Miethke, a propósito de este último e importante componente.

Durante la segunda jornada, los participantes socializaron el trabajo realizado por grupos sobre verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Docentes y estudiantes de la Universidad Juan de Castellanos facilitaron estos espacios de reflexión y análisis.

“Contar sin temor nuestros hechos victimizantes”

La verdad fue uno de los factores de mayor discusión durante la jornada, para muchos de los participantes, no existe, se han sentido profundamente vulnerados en este sentido. Sin embargo, también hay quienes dicen que muchas veces las mismas víctimas no contribuyen a ella por temor a su seguridad o por pena, para ellos, poder contar toda la verdad ayuda a que los organismos investiguen y se puedan aclarar los hechos.

“Sí podemos construir después del dolor”

Luchar o superarse ante hechos como la discriminación y la revictimización, reconociendo que también pueden tener roles activos en la superación de problemáticas, en la reclamación de sus derechos y en la construcción de paz, fue una de las propuestas más destacadas del foro-taller. Para muchos, aunque la reconciliación es un tema aún difícil de abordar e interiorizar, reconocen

“Vivimos a la merced del gobierno y nos ha abandonado”

Demoras en las respuestas, reprocesos, oficinas de puertas cerradas, funcionarios con bajo sentido de humanización y servicio, falsas promesas y actos de negligencia fueron algunos de los problemas manifestados por los participantes a propósito de la atención institucional.

Ante esta situación, el Doctor Sebastián Chaparro, Personero Municipal de Sogamoso quien hizo también presencia en el evento, recordó que desde esa dependencia están comprometidos con la defensa de los derechos humanos y el apoyo a las víctimas, y precisó: “Ustedes pueden ser los mejores veedores y garantes de sus derechos y recursos, para que este tipo de situaciones mejoren”.

“La unión hace la fuerza”

Una de las principales fallas manifestadas por los diferentes actores fue la división entre las víctimas de la región, o las actividades adelantadas desde la individualidad. Los participantes reconocen la necesidad de sumar esfuerzos para reclamar sus derechos en calidad de víctimas, pero también para buscar soluciones conjuntas que les permitan superar brechas y empezar a recorrer el camino hacia su rol como sobrevivientes.

La Comisión de Conciliación Regional de Boyacá

Desde su creación, la Comisión de Conciliación Regional de Boyacá se ha preocupado por atender las diferentes problemáticas que afectan a esta región colombiana. Ha estudiado las realidades del sector agrario, el desempleo de sus habitantes y la manera de generar ingresos y mejorar las condiciones de vida de los mismos. También ha convocado a los alcaldes y al Gobernador de Boyacá a compartir y debatir propuestas, como la de los Mínimos del Acuerdo Nacional por la Reconciliación y la Paz; y gestiona espacios de diálogo real para las víctimas que habitan en esta región.

Liderados por Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, los miembros de esta Comisión se han apoyado en la academia para analizar permanentemente la realidad que afronta su región y plantear alternativas que respondan de manera puntual a los retos del acontecer nacional y local.