
Víctimas del conflicto armado convocadas por la Iglesia se tomaron la palabra en Tunja
- On 15 de agosto de 2017
Tunja, agosto 12 de 2017. – Gracias a una iniciativa de la Comisión de Conciliación Regional (CCR) de Boyacá, presidida por Monseñor Luis Augusto Castro, Arzobispo de Tunja, el pasado sábado 12 de agosto se llevó a cabo en la Curia Arzobispal de esa ciudad el Foro – taller “Las víctimas tienen la palabra”. Este importante evento, que contó con el apoyo de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), se convirtió en un espacio de encuentro y diálogo en el que más de 150 víctimas del conflicto armado, provenientes de diferentes regiones de Colombia, contaron sus historias, identificaron compromisos y definieron expectativas frente al trabajo que esperan de las autoridades competentes para ser resarcidas adecuadamente, y con el propósito de avanzar para poder convertirse en sobrevivientes.
El proceso de debate y construcción se desarrolló mediante preguntas orientadoras relacionadas con deudas o vacíos de parte de la institucionalidad y líneas de acción viables, desde el aporte individual y colectivo, que les permitan mejorar su situación. Dichos aspectos fueron discutidos en siete mesas de trabajo, acompañadas y apoyadas por miembros de la CCR de Boyacá, de la CCN y estudiantes de la carrera de Trabajo Social de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos. Posteriormente, voceros de cada grupo presentaron en plenaria lo concluido por su equipo y, al finalizar, representantes de ambas comisiones brindaron sus apreciaciones técnicas y consejos sobre lo manifestado, útiles para los procesos que hoy adelantan.
Durante su intervención, Monseñor Castro invitó a los participantes a no perder la esperanza de alcanzar la justicia y a decir “basta” al sufrimiento que les causó la guerra para poder proyectarse en un futuro nuevo; “esos mares de lágrimas eran provisionales y ahora hay que salir adelante”, agregó el representante de la Iglesia, reconocido por su comprometido y permanente trabajo en favor de la reconciliación y la paz de Colombia.
La profesora y sindicalista boyacense Nelly González, miembro de la CCR de Boyacá, quien también sufrió de cerca los efectos del conflicto con las FARC cuando este grupo le asesinó a su hijo, fue una de las personas que lideró el encuentro, calificado como uno de los primeros de su tipo con amplia participación en el departamento.
Durante su emotivo discurso, la educadora afirmó: “Aquí hay representatividad de víctimas de todos los actores de este conflicto de este país. Vamos a aportar para salir de esa victimización y estigmatización a la que nos han sometido por ser víctimas. Tenemos que dar un gran salto a la visibilidad y convertirnos en personas influyentes en la sociedad, que nos reconozcan como colombianos capaces de reconstruir ese tejido social que fue aniquilado (…) Nosotros los sobrevivientes, somos los que tenemos que dar un paso adelante y decir basta a esta guerra atroz que nos hizo tanto daño y acabó con nuestras familias”.
El evento contó además con el acompañamiento del Padre Darío Echeverri, Secretario General de la CCN, y Diego Lerma, un psicólogo vinculado a esta organización, que cuenta con amplio conocimiento en temas relacionados con el conflicto armado en Colombia y quien actualmente se encuentra facilitando el desarrollo del Diplomado para la Reconciliación y la Paz que realiza la Comisión con cerca de 80 miembros de la comunidad de La Espriella (Nariño).
Durante sus intervenciones en una de las mesas de trabajo, los representantes de la CCN invitaron a los participantes a unirse y actuar en grupo para llevar a cabo acciones concretas ante las entidades correspondientes y construir juntos nuevos horizontes. Así mismo, a aprovechar a los estudiantes de derecho de las universidades de la región en etapa de consultorio jurídico, para que les ayuden a buscar salidas legales que les permitan mejorar su situación, aún sin contar con recursos económicos suficientes.
Con el evento, la Comisión de Conciliación Regional y la Comisión de Conciliación Nacional buscaban además contar con información de primera mano para realizar un importante trabajo de sistematización sobre las conclusiones e ideas manifestadas por los asistentes durante la jornada. Esto, como base fundamental para realizar publicaciones que les permitan evidenciar las diferentes situaciones que tienen las víctimas radicadas en la región y tomar medidas que, posteriormente, les permitan realizar un trabajo de seguimiento y aporte a tantas personas que han tenido que padecer el dolor de un conflicto del que jamás fueron culpables.