
Construcción de paz en zona de frontera: Termina el diplomado “Pases de Reconciliación” en Puerto Jordan (Arauca)
- On 28 de noviembre de 2017
Puerto Jordan, Noviembre 24 de 2017. – La senda de la reconciliación vale la pena, pero muchas veces es un camino bastante complejo. En Pueblo Nuevo (Arauca) esto se hace aún más evidente, ya que esta zona del país no solo alberga un Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR, antes Zona Veredal Transitoria de Normalización, ZVTN), en donde miembros de lo que era la guerrilla de las FARC-EP realizaron su paso a la vida civil. También es zona de frontera con Venezuela y territorio con presencia del Ejército de Liberación Nacional. Pero aún así, la reconciliación es posible, como aprendieron y demostraron las personas que participaron durante todo el año del Diplomado “Pases de Reconciliación” que llevó adelante la parroquia local con el apoyo de la Comisión de Conciliación Nacional, la Universidad Santo Tomás y la ayuda económica de la Embajada de Alemania en Colombia.
Desde el mes de mayo 2017, casi 90 participantes provenientes del casco urbano de Puerto Jordán, los municipios de Arauca, Tame y Arauquita, desde veredas como La Arenosa, Playa Rica, Caño Tigre Alto y finalmente de La Independencia, se reunieron en nueve sesiones para realizar ejercicios de memoria histórica, construir conjuntamente mapas de la zona que incluyen las comunidades que habitan el territorio, acciones de paz que se han presentado, acciones del conflicto y también acciones necesarias que pueden contribuir a la construcción de una Arauca reconciliada y en paz. Así como con el propósito de aprender y debatir sobre reconciliación y métodos para el manejo pacífico de conflictos. Estos participantes, tras varios meses de estudio, el pasado 24 de noviembre recibieron en la Parroquia Espíritu Santo de Puerto Jordán, sus certificaciones correspondientes.
Comenzó el evento de cierre el Padre José Edilberto Rabelo, párroco de esta zona de la Diócesis de Arauca, quién ofreció una misa en la Iglesia que se viene construyendo en el lugar, encomendando a Dios el trabajo y las iniciativas de las personas que asistieron al Diplomado. Posteriormente, en un acto solemne en la casa parroquial, tras las palabras de saludo por parte de representantes de la parroquia, la Comisión de Conciliación Nacional, la Universidad Santo Tomás y algunos participantes, se realizó la entrega formal de los diplomas a cada una de las personas que con éxito participaron hasta el final del ejercicio pedagógico.
Después de una presentación de joropo, de otras danzas típicas y de jóvenes talentos de canto, se mostró un video que muestra el trabajo realizado a través del Diplomado y algunas de las principales problemáticas de esta región, apoyadas en las impresiones de sus participantes, producto de comunicación audiovisual que fue realizado por el área de comunicaciones de la Comisión de Conciliación Nacional. También durante el ejercicio de cierre se pudo escuchar testimonios muy diversos. Juan José Guevara Pinilla, quien participó activamente en el proceso, destacó que lo que le impactó desde un inicio fue “la variedad de saberes: Todos sabemos diferentes. Hay que comenzar por aceptar las diferencias que existen entre cada uno de los miembros de la sociedad”, puntualizó el abogado.
El Padre José Rabelo por su parte agradeció que se hizo posible la realización de este Diplomado en Puerto Jordán y que se le dio un alcance regional involucrando a personas de Arauca, Arauquita y Tame. “Arauca ha sido una región bastante olvidada”, dijo el religioso. El psicólogo Manuel Tamara, Director de la Maestría en Psicología Jurídica de la Universidad Santo Tomas y encargado de llevar adelante el diplomado “Pases de Reconciliación” en Puerto Jordán, destacó el gran interés de la población por participar en esta actividad que inició con apenas 30 participantes: “La receptividad superó cualquier expectativa. Nosotros en la tercera sesión ya teníamos 90 asistentes vinculados al diplomado, y de todos los sectores”, agregó.
Finalmente, una celebración muy variada con comida típica de la región y pastel, le dio punto final a una actividad e impulsó a todo un proceso: la construcción de una Arauca reconciliada y en paz.