
“Hay muchos inventos que le hacen daño al proceso de paz”
- On 16 de mayo de 2016
El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro, es un estudioso del conflicto armado. Invita a no desfallecer en la búsqueda de la paz, pero critica la falta de pedagogía del proceso.
¿Cómo ve las dificultades del proceso de paz?
La dificultad no está en ese enfrentamiento entre Presidente y expresidente, sino en algo que es urgente resolver: al pueblo colombiano, fuera de las élites políticas y especializadas, no se le ha informado en qué consiste el proceso de paz. Y, por eso, este país está cada vez más dividido entre quienes lo apoyan y entre los que no lo apoyan; y entre los perplejos.
¿Quiénes son los perplejos?
Son quienes, aunque quisieran tomar una decisión, no tienen la información.
¿Cree que le ha faltado pedagogía al proceso?
Totalmente. Lo que pasa en La Habana debería ser explicado al pueblo de manera sencilla y no en términos jurídicos. Cuando uno habla con la gente sencilla, todos viven enfurecidos; algunos quieren la paz, pero no entienden. Ante esa falta de información se ha constituido un campo de batalla. A muchos les han metido un montón de cuentos.
¿Cuentos?
Por ejemplo, salir con semejante mentira de que a los guerrilleros les van a pagar, a cada uno, 2’500.000 pesos al mes. Una persona que apenas se gana el salario mínimo se enfurece.
También sucede con el tema de la impunidad…
No es impunidad lo que se negocia en La Habana, ni menos impunidad generalizada. Los que han cometido delitos atroces no van a evitar la cárcel, y eso ya fue aprobado por la misma guerrilla. Se estudiará si una persona merece indulto o no. Habrá definiciones jurídicas muy claras a cargo de un tribunal para la paz conformado por jueces con capacidad de la máxima credibilidad, que no serán nombrados por las Farc, como algunos han insinuado. Eso debería tranquilizarnos.
¿Qué decir sobre la justicia transicional?
Para el país es duro saber que no se está tratando la justicia penal, sino la justicia transicional. Pero se debe saber que este no es un invento nuestro, que no nació de la noche a la mañana, como si fueran las arepas boyacenses.
Es una realidad internacional: 86 conflictos se han resuelto en el mundo teniendo como base la justicia transicional. Entonces, aceptémosla, que es el medio que nos ayudará en el tránsito de la guerra a la paz. No lo lograríamos de otra manera.
¿Qué piensa de la resistencia civil propuesta por el uribismo?
Estamos en un país libre y democrático, y es muy oportuno que se hagan estas cosas. Sin embargo, estamos gastando energía en algo que no sería lo ideal. Creo que debe ser más importante buscar la manera de salir de esta guerra de más de cincuenta años que luchar contra el proceso de paz.
El país está muy dividido…
Yo creo que lo que el país necesita es una invitación a ir superando esos sentimientos que tiene en el corazón en términos de odio, de venganza y desquite, de revancha, por todo lo que ha sufrido. Creo que eso no se ha tomado en consideración en La Habana.
Fuente: El tiempo