31. Segundas Oportunidades: “Nunca es tarde para empezar”

OBSERVATORIO - CASOS - DIOCÉSIS DE YOPAL

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Lugar: Yopal, Casanare.
Modalidad: Paz y Reconciliación.
Tipo: Ecológica,Teleológica, Estructural, Teológica, Antropológica
Autores: Igelsia Católica, Diócesis de Yopal, sacerdote Luis Alberto Camacho
Participantes: Johana Medina, Directora del SENA Regional Casanare, Diócesis de Yopal, sacerdote Luis Alberto Camacho, INPEC
Otros: Jóvenes beneficiarios
Objetivo: Brindar una segunda oportunidad a jóvenes pertenecientes a grupos armados o bandas delictivas para acceder a la educación y al trabajo
Timeline: Desde el año 2016 hasta la actualidad
Duración Siete años y en proceso de consolidación
Descripción de la experiencia

El Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) contribuye de diversas maneras al trabajo por la paz, principalmente ofrece seguridad a los procesos de paz, los acuerdos producto de estos y a quienes se desmovilizan; además, disminuyen la violencia y contribuyen a la gestión pacífica de la conflictividad local y regional (Molloy, 2017); no obstante, es necesario tener en cuenta que el DDR es un proceso complejo y de múltiples dimensiones, incluyendo la política, la humanitaria y la socioeconómica, y en su ejecución debe acompañarse de otras medidas para construir la paz y evitar que los excombatientes retomen las armas (Fisas, 2011, p, 6; Caramés et al, 2006, p, 4); la reintegración, con todo, se considera como el componente de mayor complejidad en los procesos de DDR; Fisas (2011) distingue dos momentos en este componente del DDR: el primero, de reinserción, en el que se debe proporcionar a los excombatientes, que acaban de desmovilizarse y a sus familias, los medios necesarios para satisfacer sus necesidades básicas; y el segundo momento, de reintegración, en el que se debe suministrar a los excombatientes medios de vida sostenibles (Collier, 1994).

La reintegración social de excombatientes se basa en la participación comunitaria de los mismos y en su capacidad para integrarse al tejido social de las comunidades de acogida (Özerdem, 2013; Herrera & González, 2013; Kaplan y Nussio, 2018); algunos estudios, como el de Kaplan y Nussio (2018), plantean que una mayor reintegración de los excombatientes se evidencia cuando estos participan más en los distintos procesos organizativos de la comunidad; en este sentido, en aquellos lugares donde existe mayor participación se dan más condiciones para el involucramiento de los excombatientes en los asuntos comunitarios; dicho de otro modo, allí donde hay poca participación social, los desmovilizados tienden a organizarse entre ellos y quedan al margen de las débiles estructuras de participación local (Kaplan y Nussio, 2018), la reintegración depende, en todo caso, tanto de ellos mismos, de sus decisiones y acciones, como de las comunidades de acogida (Mouly et al, 2019).

Una de las iniciativas comunitarias locales para la construcción de paz, que se han gestado en Casanare, es el Programa “Segundas Oportunidades”, consolidado en el año 2018; esta iniciativa comienza desde la formación académica del SENA Casanare donde jóvenes realizan sus prácticas en empresas del sector que apoyan el programa; Leonardo Santiago, líder social del sector, explicó “que la idea nació de la necesidad de los jóvenes que solo ven en las acciones delictivas una oportunidad para llevar a casa el dinero, una segunda oportunidad de acceder a la educación y al trabajo, sin ningún tipo de estigmatización”; estas clases son impartidas en la Capilla Nuestra Señora de Guadalupe, la cual es liderada por el padre Luis Albeiro Camacho, sacerdote de la Diócesis de Yopal, quien acomodó en la capilla el aula móvil proporcionada por el SENA y brindó las condiciones para que 55 jóvenes reciban clases; este programa también ha tenido la participación de Johana Medina, Directora del SENA Regional Casanare, ya que dentro de los inconvenientes que tenían los jóvenes estaba la falta de oportunidades para ingresar a la institución, la falta de recursos para poder transportarse hasta la Regional o para poder comprar un uniforme o el material requerido.

Tal como lo expresa Leonardo Santiago: “comenzamos en esa tarea difícil que es llegarle a esa población vulnerable de jóvenes que se encontraban, en su momento, inmersos en diferentes delitos y al día de hoy ya vemos realmente los frutos: tenemos 317 jóvenes inmersos en diferentes delitos como microtráfico, hurto y el homicidio, 56 niñas en prostitución infantil, 75 habitantes de calle y 27 desmovilizados de los diferentes grupos”; esta experiencia comunitaria de construcción de paz pueden ser comprendidas como un proceso organizativo de distintos sectores poblacionales (Iglesia, SENA, jóvenes), para resolver o transformar, mediante diversas iniciativas, conflictividades generadas por las violencias, iniciativas que tienen su origen en apremiantes necesidades impuestas por violencias estructurales y directas, y la capacidad de quienes las impulsan y dinamizan para construir la paz (Hernández Delgado, 2008, 2009); con todo, algunos de los métodos empleados han sido la capacitación, vinculación laboral, reconciliación desde lo espiritual y sanación desde el perdón.

La experiencia comunitaria de construcción de paz, desde “Segundas Oportunidades”, es un proceso local de jóvenes, y su propuesta de reconciliación, al igual que sus métodos, son genuinos e innovadores; no encuentra su origen en una teoría académica, emerge como producto de la inquietud espiritual y consolidación de la fe de toda la comunidad y su capacidad organizativa y, a su vez, de la necesidad apremiante de proteger mínimos vitales frente al impacto de las distintas violencias; esta experiencia muestra el empoderamiento de jóvenes al hacerse un cambio en la tradición violenta que se ha heredado desde el conflicto desarrollado por décadas; es por ello, que esta iniciativa se ha expandido, debido al apoyo de la Iglesia Católica, a la gestión de otros espacios educativos como cárceles, “en cabeza de nuestro padre Luis Albeiro Camacho, que ha sido un pilar fundamental en todo este proceso, nos logró abrir las puertas con el INPEC para difundir el diplomado en Derechos Humanos, a la vez que nos han ayudado a motivar a la población a participar de estos espacios y cambiar esa tradición violenta”, expresó Leonardo Santiago; en esta medida, una de las apuestas de la Diócesis ha sido mantener siempre una actitud de esperanza y esto implica que estén en un proceso de inserción permanente desde el carisma fundacional.

Así, casos como el de un joven desmovilizado del Frente 40 de las Farc-EP, perteneciente al Programa, manifiestan el impacto que ha tenido en su vida: “yo era hijo de campesinos en el área de Puerto Trujillo, Meta, ahí fue donde me llevaron a hacer un curso de 3 meses, que se volvieron 15 años, desde ahí me pasaron de frente en frente hasta llegar al frente 40 para ser guardia del Mono Jojoy, hasta ahí llegó mi experiencia militar; en el 2016 tomé la decisión de desmovilizarme, decisión que no ha sido fácil, pero no es imposible, gracias al Programa ahora estoy lleno de conocimientos que yo no tenía, nunca es tarde para empezar”, expresó.

Este testimonio refleja que el Programa de Segundas Oportunidades ha contribuido a la reintegración teniendo como finalidad proporcionarles medios de subsistencia en un momento inicial y medios de vida sostenibles a largo plazo (reintegración económica), así como facilitar el desarrollo de sus capacidades y competencias para formar parte del tejido social (reintegración social), económico y político de las comunidades donde se asientan o que los acogen; la experiencia de construcción de reconciliación, representa un factor especial que favorece la reintegración de excombatientes, como ya se mencionó, este proceso se generó a partir del empoderamiento, el desarrollo de capacidades de organización comunitaria y de una propuesta desde la espiritualidad en un momento inicial; y, a partir del mismo, un ejercicio de diálogo con todos los actores.

Fuentes.

 Caramés, A, Fisas, V, & Luz, D (2006), Análisis de los programas de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) existentes en el mundo durante 2005, Universidad Autónoma de Barcelona, Escuela de Cultura de Paz.

 Collier, P (1994), Demobilisation and Insecurity: A Study in the Economics of the Transition from War to Peace, Journal of International Development, 6(3), 343-351.

 Fisas, V (2011), Introducción al Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) de excombatientes, Quaderns de Construcción de Paz, 24, https://novactorg/wp-content/uploads/2012/09/Introducci%C3%B3n-al-desarme-desmovilizaci%C3%B3n-y-reintegraci%C3%B3n-DDR-de-excombatientes-por-Vicen%C3%A7-Fisaspdf.

 Herrera, D, & González, P (2013), Estado del arte del DDR en Colombia frente a los estándares internacionales En: DDR (IDDRS), Colombia Internacional, 77, 272-302 doi: http://doiorg/107440/colombiaint77201310.

 Kaplan, O, & Nussio, E (2018), Community Counts: The Social Reintegration of Ex-combatants in Colombia, Conflict Management and Peace Science, 35(2), 132-153, doi: https://doiorg/101177/0738894215614506.

 Molloy, D (2017), Disarmament, Demobilization and Reintegration: Theory and Practice, Kumarian.

 Mouly, C, Hernández Delgado, E, & Giménez, J (2019), Reintegración social de excombatientes de dos comunidades de paz, Análisis Político, 95, 3-22.

 Özerdem, A (2013), Disarmament, Demobilization and Reintegration, En: R, Mac Ginty (Ed), Routledge handbook of peacebuilding, 225-236, Routledge.

Resultado
El Programa de Segundas Oportunidades, junto con el apoyo de la Diócesis de Yopal y el SENA, cuenta con gran potencialidad para aportar a la construcción de la paz, generar oportunidades para la reconciliación y la dignificación de actores armados que voluntariamente dejaron la lucha armada o de jóvenes pertenecientes a grupos delictivos; la reintegración social, construida en el Programa, está estrechamente ligada con la inserción en el tejido social, sanación espiritual, desarrollo de capacidades y potencialidades para la subsistencia y el sostenimiento económico.