46. Fundación Aportes para la Paz

OBSERVATORIO - CASOS - DIOCÉSIS DE SINCELEJO

Lugar: Sincelejo, Sucre
Modalidad: Reconciliación y Paz
Tipo: Antropológica, Ecológica, Estructural, Teleológica y Teológica
Autores: Walter Villalba Tobillos presidente de la Fundación Aporte Social para la Paz “APORTAPAZ”, Iglesia Católica (Diócesis de Sincelejo), Ministerio de Agricultura, SENA
Participantes:
Otros:
Objetivo: Subsanar de manera integral las necesidades insatisfechas al interior de las comunidades más empobrecidas, vulnerables históricamente, y desplazadas por el conflicto armado en la subregión de los Montes de María.
Timeline:
Duración 22 años y hasta la actualidad en proceso de consolidación.
Descripción de la experiencia

Es evidente que la construcción de paz no es tarea del Estado solamente, sino de toda la sociedad, pues no es ajena a las dinámicas internas de todos los órdenes sociales y es a partir, también, de la transformación de estas dinámicas donde se construye paz y se fortalece el tejido social; de tal modo, algunos sectores del ámbito privado y público han venido asumiendo esta responsabilidad pensando la construcción de paz como un proyecto social (Comisión de Conciliación Nacional, 2013), como es la apuesta de la Fundación Aporte Social para la Paz “APORTAPAZ”, en cabeza de su presidente Walter Villalba Tobillos (protagonista de esta historia) en Sincelejo, Sucre, que se ha convertido en un referente para dar la palabra a los actores en sus contextos y así encaminar diversas apuestas de innovación social para la paz, las cuales intentan ofrecer “luces de paz subalternas” (García, 2012), y consolidar proyectos que impulsen nuevas ciudadanías y valores frente a la consolidación de la paz como un asunto ético y político.

Consolidada el 23 de marzo del año 2001, la Fundación Aporte Social para la Paz (APORTAPAZ) representa a las poblaciones que fueron desplazadas de los Montes de María, que en ese momento fueron 120 familias, pero con el transcurrir del tiempo y el desarrollo del conflicto armado en la subregión se llegó a atender a otros sectores y departamentos como Antioquia, Meta y Guaviare; así, ante el cúmulo de necesidades insatisfechas al interior de las comunidades más empobrecidas, APORTAPAZ ofrece atención y protección especial para las carencias socioeconómicas con la intención de subsanarlas de manera integral; asimismo, APORTAPAZ hace parte de los espacios de participación como la Mesa por la Paz, tal como lo menciona Walter Villalba: “es una plataforma de organizaciones sociales en Sucre que abandera las críticas, las reclamaciones, las denuncias ante situaciones que se presenten en el departamento de Sucre, o en otras regiones de la Costa Atlántica, desde nuestros propios contextos”.

Esto es un claro ejemplo que el narrar la paz desde abajo comprende dar un lugar a los grupos subalternos que “muchas veces han sido silenciados y se les ha querido imponer una paz” (Cruz & Fontan, 2014, p 52), aquella que ya tiene moldes y modos de agenciarse, creando estereotipos y en ocasiones justificando la emergencia de la paz reaccionaria, aquella que solo buscaría servir a la tranquilidad de pocos por encima de la posibilidad de igualdad y justicia social; bajo esta óptica, para autores como Felipe MacGregor (1989) la cultura de la paz debería propiciar los tiempos de escucha; en tal sentido, advierte que la capacidad humana para la paz resulta de satisfacciones y experiencias positivas en el transcurrir vital y de un proceso educativo que comprende el abuso del poder y resiste a él.

Para llevar a cabo tal objetivo, APORTAPAZ ha consolidado alianzas como con la Pastoral Social de la Iglesia Católica que juega un papel importante, donde ha sido la vocera de los Derechos Humanos a nivel nacional de Colombia, para prevenir la estigmatización de los desplazados: “los pastores y sacerdotes que están acá, han sido muy amigos de nosotros a la hora de defender derechos, hablar por el desprotegido; la voz profética católica se ha consolidado en una voz por la defensa de los derechos que son violentados en Colombia”, enfatizó Walter Villalba; otra de las alianzas ha sido con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y con la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior (CUN) sede Sucre, para brindar educación superior y técnica a los miembros de la Fundación y capacitarlos para que impulsen nuevas y mejoradas acciones tanto creativas como participativas en sus planes de vida, lo que permite el intercambio y la interacción de conocimientos y capacidades para pensar cómo, con quién y desde dónde se está construyendo la paz.

Otra de las grandes apuestas de APORTAPAZ para solventar el atraso económico en las poblaciones ha sido fomentar propuestas de proyectos ante la Alcaldía, la Gobernación y el Ministerio de Agricultura en torno al medio ambiente, la vivienda, el desarrollo urbano y rural, la diversificación, la transformación y la fabricación de productos agrícola; por ello, han implementado el uso de técnicas, la ciencia y la tecnología para la siembra, la cosecha y la transformación de la materia prima (valor agregado), de manera que se pueda garantizar la Soberanía, la Autonomía y la Seguridad Alimentaria; tal como lo recalcó Walter Villalba: “la idea es que tengan una formación de cultivar, cosechar, transformar y vender, inclusive exportar; esa es la visión nuestra porque en el campo está la vida y aquí casi 260000 personas afiladas retornan al campo con seguridad del gobierno, con tierra buena y productiva”.

Con todo, APORTAPAZ es un ejemplo de que el territorio no es solamente un lugar cualquiera de habitación o tránsito, ni siquiera simplemente un escenario proveedor de recursos necesarios para la supervivencia, sino que es principalmente el lugar en el que se reconoce al otro, se da origen a relaciones de cooperación y se encuentran horizontes de sentido; a su vez es un referente de innovación social para la paz que permite reflexionar hacia el ideal transformador y la combinación entre investigación e innovación como mecanismo para cultivar una educación y una cultura de paz que permita pensarse la solución de los conflictos y las diferencias sin involucrar los ropajes de la violencia.

Fuentes.

• Cruz, J y Fontan, V (2014) Una mirada subalterna y desde abajo de la cultura de paz, Ra Ximhai, 10(2), 135-152.

• García, P (2012) Las nuevas formas de ciudadanía en las sociedades latinoamericanas contemporáneas, Amérique Latine Histoire et Mémoire, Les Cahiers ALHIM, 24, Recuperado de: http://journalsopeneditionorg/alhim/4415.

• Comisión de Conciliación Nacional (2013) Propuestas de Mínimos para la Reconciliación y la Paz en Colombia, Bogotá: Gente Nueva.

Resultado
APORTAPAZ es un claro ejemplo de que las minorías sociales, étnicas y religiosas reclaman al Estado una solución no solo a las dinámicas de violencia que han azotado la subregión de los Montes de María, sino especialmente a su situación de marginalización en la que se encuentran, exigiendo las reivindicaciones del ejercicio de la ciudadanía universal; así, es indispensable reconocer, desde las nuevas formas de ciudadanías, el aporte que hacen estas comunidades locales históricamente aisladas en la construcción de reconciliación y paces desde sus propios contextos, valores y dinámicas culturales.