15. El asesinato del pescador Lucho Arango

OBSERVATORIO - CASOS - DIOCÉSIS DE BARRANCABERMEJA

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Lugar: Corregimiento El Llanito, Santander.
Modalidad: Memoria histórica.
Tipo: Antropológica y Teológica
Autores: Iglesia católica (Diócesis de Barrancabermeja)
Participantes: Diócesis de Barrancabermeja, Proyecto Mujer Paz, Pan y Vida, otras mujeres también víctimas del conflicto.
Otros: Mujeres que hacían parte del proceso organizativo.
Objetivo: Brindar apoyo emocional y psicológico a las mujeres victimas del conflicto armado y generar apoyo en términos de capital semilla para sus proyectos productivos.
Timeline: Desde el 2009 hasta la actualidad
Duración 14 años y proceso de consolidación
Descripción de la experiencia

Luis Alberto Arango Crespo, más conocido como Lucho Arango, fue un líder pescador del corregimiento de El Llanito, Santander, quien le hizo frente al liderazgo social y ambiental para proteger a la Ciénega de El Llanito, el agua y la pesca tradicional, de la industria ganadera, la pesca ilegal y los grupos armados; empezó su historia como líder social en 1998 ingresando al Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM), una corporación de derechos humanos (Murillo, 2021), que tenía como objetivo identificar las organizaciones de pescadores de la región y construir una línea base sobre el estado de la pesca artesanal (Bohórquez & Quijano, 2015); en el año 2000, Lucho Arango representaba la Asociación de Pescadores Artesanales y Acuicultores de El Llanito, como su presidente asumió la vocería de la Asociación en los procesos locales y regionales, lo que le permitió, además, formalizar la Asociación de Pescadores y Agricultores del Magdalena Medio en el 2001 y ser parte de su junta directiva.

Lucho Arango fue un líder reconocido en la región, no sólo por su representación del oficio de los pescadores sino también por el diálogo que mantenía con los diferentes grupos armados, la institucionalidad y las comunidades; su liderazgo y preocupación por el recurso pesquero y el oficio del pescador lo llevó a proponer mesas de trabajo y generar espacios de diálogo sobre los primeros acuerdos para vigilar la pesca en la ciénega de El Llanito y en los caños afluentes del río Sogamoso; esta discusión pública, en escenarios institucionales y comunitarios, sobre los procesos que afectaban la pesca y los recursos hídricos de la región, lo llevaron a cuestionar a ganaderos, palmeros e incluso las mismas instituciones estatales por su falta de acción con relación a las leyes que protegían los cuerpos hídricos de la región.

La lucha por la Ciénega de El Llanito, sin embargo, representaba una lucha más allá del oficio de la pesca, el cuidado y relación con el río, los humedales y ciénagas; por sus condiciones geográficas, los cuerpos de agua de esta región han sido canales de transporte y movilización no sólo de los actores del conflicto armado, sino también de las mercancías, armas, drogas y contrabando: “aunque la preocupación de Lucho no era el tráfico de los bienes producto de las economías ilegales por los caños, indirectamente su gestión en contra del trasmallo hacía visible esas rutas de tráfico ilegal; algunos trasmalleros pescaban ilegalmente en los caños que servían también para esas rutas” (Bohórquez & Quijano, 2015, p, 36 ).

El 17 de enero del 2009, tras más de una década de estar liderando el proceso, se dio el Acuerdo del Río Sogamoso-Complejo Llanito, para la protección del recurso pesquero y la eliminación del trasmallo (Quijano, 2016), un logro que, como líder ambiental, llevó a Lucho Arango a ser amenazado por grupos armados ilegales; su trayectoria y liderazgo social representaban una amenaza para diferentes actores: “al firmarse el acuerdo, Lucho presionaba para que la Armada y la Policía cumplieran su labor de vigilancia en la ciénaga y en los caños de El Llanito; este nivel de presencia institucional no fue bien visto ni por los pescadores trasmalleros, ni por los grupos armados” (Bohórquez, et al, 2015, p, 36); las amenazas, sin embargo, no le impidieron a Lucho Arango continuar con su labor social y ambiental.

El 12 de febrero del 2009, sin haber pasado si quiera un mes de la firma del Acuerdo, Lucho Arango fue asesinado en el barrio La Victoria de Barrancabermeja por el grupo armado ‘Los Rastrojos’; un ahecho criminal que los pescadores percibieron como golpe duro a su esfuerzo organizativo, y como amenaza constante a su labor en la defensa de la protección y preservación del recurso pesquero (Bohórquez, et al, 2015); la muerte de Lucho Arango sonó por toda la región: era un líder reconocido y respetado, por lo que su pérdida significó un proceso de duelo tanto para Dorys María Rueda, su esposa (protagonista de este caso), familia, amigos y como para muchos pescadores y seguidores de su trabajo ambiental y social; una tragedia que, narra Dorys: “no le dolió solo a su familia, sino a la región y comunidad, generó movilización y manifestaciones los días siguientes y, después, cada año se expresa a través de conmemoraciones de su asesinato”.

El testimonio de Dorys María, la esposa de Lucho Arango, refleja el proceso de duelo y resiliencia con el apoyo y acompañamiento de la Diócesis de Barrancabermeja y los diferentes procesos organizativos de emprendimiento económico apoyados por esta misma; en este testimonio se puede ver como la Diócesis de Barrancabermeja fue un actor clave para llevar el proceso de duelo desde diversos ámbitos como lo emocional, psicológico, espiritual, jurídico, educativo y proyecto productivo; así, desde el año 2009, la Diócesis y la Pastoral Social, han brindado acompañamiento psicosocial, emocional y espiritual a Dorys, con profesionales de la salud, psicólogos y terapeutas que han sido importante para entender los procesos de perdón y resiliencia; Dorys resalta espacios para hablar y escuchar, en los que había solidaridad y empatía, principalmente, entre mujeres víctimas que experimentaron similares pérdidas; para Dorys la fe ha sido un elemento que le ayudó a continuar su vida a pesar del dolor, y esa fe está relacionada con el acompañamiento entre mujeres, los denominados círculos de palabra, y la posibilidad de ver a otras personas con testimonios similares, también cargados de mucho dolor, que encontraron espacios de tranquilidad.

A través del grupo Mujer, Paz, Pan y Vida, Dorys tuvo espacios de formación en contabilidad, proyección de un proyecto productivo y apoyo en capital material para dar inicio al ‘Gimnasio mil amores’; de este modo, el apoyo entre mujeres permitió que se gestaran procesos de duelo, perdón y resiliencia en sus vidas y la de sus familias, y se generaran recursos; así, el ‘Gimnasio Mil Amores’ (Mil amores eran las palabras preferidas de Lucho para referirse a Dorys), como proyecto productivo, representa la oportunidad de vida de esta mujer en medio de su proceso de duelo, de hacer honor a la memoria de Lucho, y generar un ingreso económico; como lo resaltan Barros y Mateus (2016), el empoderamiento de las mujeres a través de la generación de proyectos productivos se manifiesta en la acción colectiva y comunitaria, en la que las mujeres se convierten en gestoras de paz; por un lado, los proyectos productivos representan la posibilidad de generar una vida a pesar del conflicto y, por el otro, son mecanismo de empoderamiento de las mujeres que buscan generar independencia.

Los autores del asesinato de Lucho Arango fueron capturados y condenados por la justicia colombiana lo que permitió la verdad y justicia para la familia de Lucho, los pescadores y la comunidad; un caso que es emblemático porque frente al alto número de asesinatos ejecutados en el contexto del conflicto armado colombiano, la justicia logró encontrar, capturar y condenar a los responsables (Bohórquez, et al, 2015), lo que, sin embargo, no ha sido suficiente para las comunidades pesqueras, pues, los problemas relacionados con la violencia en la Ciénega y Cuerpos de agua continúan.

Fuentes.

⮚ Barros, M & Mateus, N (2016), El Rol de la Mujer en el Conflicto Armado Colombiano, Tesis en Maestría en Gobierno y Políticas Públicas, Revista Libre pensador, Universidad Externado.

⮚ Bohórquez, L & Quijano, M (2015), Lucho Arango el defensor de la pesca artesanal, Bogotá: Centro Nacional de Memoria Histórica.

⮚ Miller Restrepo, A, Corrales Carvajal, S, García, S, Coll, A, Ramírez, O L, Arnaiz Pedrosa, C, & Grau, E (2013), La Verdad de las Mujeres: Víctimas del Conflicto Armado en Colombia, Violencia contra las mujeres/Violencia de género, Documento resumen.

⮚ Murillo, O (2021), El líder de pescadores del Magdalena Medio que quiso proteger las ciénagas, El Tiempo https://wwweltiempocom/bogota/luis-arango-el-lider-de-pescadores-asesinado-en-barrancabermeja-612107.

⮚ Plata, W, & Figueroa, H (2017), Iglesia, resistencia pacífica y no violencia, La Diócesis de Barrancabermeja, Colombia (1988-2005), En Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, 22(1), 137-168.

⮚ Quijano, M (2016), Proceso investigativo de la Mesa de pesca del río Sogamoso, Sistematización del proceso organizativo de la mesa y caracterización del rol de la mujer en la pesca, Disponible en: https://wwwacademiaedu/36162081/Sistematizaci%C3%B3n_del_proceso_organizativo_de_la_Mesa_de_Pesca_del_r%C3%ADo_Sogamoso_y_Caracterizaci%C3%B3n_del_rol_de_la_mujer_en_la_pesca.

Resultado
El acompañamiento y apoyo psicosocial, emocional, espiritual, educativo, jurídico y material de la Diócesis de Barrancabermeja, le permitió a Dorys María vivir su proceso de duelo y sanación tras el asesinato de su esposo, quien se dio a la lucha por la defensa del agua, la pesca y la ciénega, en El Llanito, Santander; Dorys encontró en el gimnasio ‘Mil amores’, su proyecto productivo apoyado por la Diócesis, la motivación para continuar con su vida y hacer memoria a la vida de ‘Lucho Arango’.