12. Vigilias o plegarias por la vida

OBSERVATORIO - CASOS - DIOCÉSIS DE BARRANCABERMEJA

Lugar: Barrancabermeja, Santander.
Modalidad: Memoria histórica.
Tipo: Ecológica, Estructural y Teológica.
Autores: Iglesia católica, diócesis de Barrancabermeja, Comisión diocesana de la Pastoral de trabajadores y trabajadoras.
Participantes: Sindicatos, ONGs, Organizaciones de mujeres y jóvenes, LGTB, comunidades y vecinos de la zona especifica donde se realiza el acto de plegaria.
Otros: Espacio de trabajadores y trabajadoras de derechos humanos, Comité de derechos humanos (Credos) y las hermanas Juanistas.
Objetivo: 1) Hacerle frente a la violencia a través de la oración colectiva para vencer el miedo que se tiene por la situación de agudización de la violencia y 2) Recordar y hacer memoria de los asesinados y desaparecidos en Barrancabermeja y municipios aledaños.
Timeline: Desde los años noventa hasta el presente.
Duración Toda la noche
Descripción de la experiencia

El Magdalena Medio ha sido, históricamente, una región con trayectoria en la construcción de paz, memoria histórica y reconciliación, a partir de los procesos organizativos de múltiples actores sociales, el liderazgo campesino y comunal, la Iglesia, las empresas, la academia y la institucionalidad pública regional (Comisión de la Verdad, s,f); esta región ha sido cuna y escenario del surgimiento de la actividad petrolera nacional que se dio como alternativa a la crisis fiscal y económica del país desde finales del siglo XIX; para la primera mitad del siglo XX, se gestaba en la región el movimiento sindical en diferentes sectores productivos, las luchas obreras y la llamada “Insurrección Bolchevique” de 1929; para la segunda mitad del siglo, la confrontación tuvo como protagonistas a grupos armados ilegales, militares y grupos de diversas clases económicas y sociales; en los sesenta, aparecieron las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc-EP); en los ochenta, se sumaron sectores de la sociedad civil: campesinos, colonos, hacendados ganaderos, empresarios, trabajadores y mujeres; siendo esto para Espinal (1992), citado en Centro de Transparencia (2022), una dinámica multipolar y multidireccional del conflicto en la que, diferentes actores institucionales, no institucionales, civiles e ilegales convergieron en la ola de violencia.

En los noventa, el conflicto armado en la región, pero particularmente en Barrancabermeja, ciudad epicentro de la violencia en el Magdalena Medio, empezó a incluir ejecuciones extrajudiciales, desplazamientos individuales y colectivos, masacres y desapariciones forzadas; formas de ejercer violencia que trajeron consigo dolor, rabia, y diversas necesidades de índole emocional y material para las víctimas y sus familias; los habitantes de la región, como es recopilado en el documento de Sistematización RUTAS, CAMINOS Y EXPERIENCIAS DE NUESTRA GENTE DEL MAGDALENA MEDIO del Programa Desarrollo Y Paz del Magdalena Medio por el PNUD (2008), no se resignaban a tener una actitud pasiva frente al panorama desesperanzador que planteaba el conflicto en la región; aún en los momentos de mayor restricción a las libertades civiles, la gente promovía creativamente espacios de encuentro y construcción colectiva muchas veces, incluso, alrededor de temas que implican el señalamiento de los grupos armados en conflicto; lo que, a su vez, mantienen viva la posibilidad de conversar con otros, de debatir ideas y tomar decisiones en conjunto; producto de estas acciones, surgieron una rica manifestación de expresiones artísticas, sociales y religiosas, que se manifestaron en la formación de organizaciones culturales, educativas, de defensa del medio ambiente, de jóvenes y mujeres, gremiales, de campesinos, pescadores, mineros y hasta de desempleados (PNUD, 2008).

En el marco del conflicto acentuado en la región empezaron a gestarse manifestaciones colectivas lideradas por la Iglesia católica y cristiana, en las que se extendía un llamado de paz y cese del conflicto: las Vigilias y Plegarias por la vida, son manifestaciones comunitarias y colectivas de carácter religioso y espiritual en las que se pide por el cese de la violencia, se hace memoria recordando a los muertos, desaparecidos y víctimas del conflicto; Zarate (2015), quien ha estudiado las diferentes Acciones Colectivas por la Paz que se gestaron en Barrancabermeja desde 1970 hasta el 2000, plantea que estas formas de expresión en contra de la guerra y a favor de la paz, han permitido reconocer el papel crucial de la población civil, como sujetos políticos propositivos y participativos en el desarrollo de manifestaciones encaminadas a la paz; las primeras acciones colectivas por la paz, que se dieron en Barrancabermeja, fueron a través de las marchas y paros como acciones que rechazaban las formas de violencia (Zarate, 2015); en estos escenarios de movilización social, la Iglesia ha cumplido un rol muy importante desde su acción decidida de apoyo a la población civil y el rechazo a las violencias.

Durante los espacios de vigilias y plegarias, la Iglesia Católica envía mensajes de perdón, paz, reconciliación y esperanza; pero también de rechazo a todo acto que atente en contra de la dignidad, la justicia y el respeto por la vida; durante las últimas décadas, la Diócesis de Barrancabermeja ha convocado a la oración y llevado mensajes de fe a las víctimas y sus familias; Ramón Rangel (protagonista de este caso), quien hace parte de la Comisión Diocesana de la Pastoral Social de los trabajadores y trabajadoras de Barrancabermeja, cuenta que las vigilias se daban como formas de recordar a los muertos y hacer memoria de ellos; duraban una noche completa haciendo oraciones y se encendían velas que significaban ‘la luz de la esperanza’; en las vigilias y plegarias se cataliza el dolor y sufrimiento; pero también se apoya y respalda a las víctimas y sus familias pidiendo por el cese de la violencia, el descanso de los muertos, y el perdón de los violentos; en Barrancabermeja las vigilias y plegarias por la vida han sido una constante clave para ser resilientes y resistentes a los actores del conflicto armado.

Yanett Rozo, también miembro de la Comisión Diocesana de la Pastoral de los trabajadores y trabajadoras, complementa esta descripción identificando algunos de los momentos claves en las jornadas de vigilia: 1) El saludo del Señor Obispo o sacerdote encargado de dirigir la oración; 2) la lectura del texto bíblico escogido acorde la intención del momento; 3) el momento del Signo, en el que, por medio de velas, luces, nombres y fotos de los asesinados o desaparecidos se representa la intención de la plegaria; y 4) cuando intervienen quienes asisten a las plegarias y se generan reflexiones, cantos y oraciones complementarias; para las Plegarias por la vida, cuenta Ramón Rangel, se designaba una organización encargada de dirigir las oraciones, diseñar y convocar: “previamente, comisionamos a una organización, llámese sindicato, organización de mujeres, jóvenes, etc, para que diseñar una plegaria y todos participábamos haciendo oraciones con el propósito de que en el sector llamáramos a los vecinos, a la comunidad en general, para ir poco a poco venciendo el miedo que nos tenían en la ciudad”; de este modo, las plegarias se realizaban en lugares donde se cometían los asesinatos o en aquellos espacios donde mayormente se enfundaba el miedo y terror; en ellas participaban diferentes organizaciones, sindicatos, ONG, vecinos y comunidad que colectivamente se unían al acto de oración, petición y súplica.

En su papel articulador la Diócesis de Barrancabermeja rechazaba las acciones de violencia de los diferentes actores del conflicto, y reafirmaba su voluntad de aportar en la construcción de paz para la ciudad, como se puede leer en las siguientes líneas, en el 2008, hacían un llamado al Estado, las autoridades civiles y comunidad a acompañar la vigilias y plegarias como escenarios de colectivos para accionar hacia la paz: Rechazamos toda forma de “autoridad” ilegal y toda forma de violencia venga de donde viniere; reafirmamos nuestra voluntad de aportar en la construcción de una ciudad-región que respete la vida y la dignidad de los pobladores y pobladoras; hacemos un llamado: a las autoridades civiles y militares para que cumplan su responsabilidad constitucional de garantizar la vida, honra y bienes de todos(as) los(as) ciudadanos(as), llamamos a que se desarrollen investigaciones eficaces que permitan identificar y castigar a los responsables, así como desmontar definitivamente las estructuras paramilitares presentes en el municipio y la región; a la comunidad en general para que se una alrededor de la defensa de la vida y la solución pacífica de los conflictos, fortaleciendo la civilidad y la democracia; convocamos a todas las personas, sectores, autoridades y organizaciones que quieran manifestar su apoyo a la civilidad y la democracia; a quienes crean en la construcción de una sociedad en paz donde la vida humana sea respetada y protegida, a participar de una Plegaria por la Vida: Lugar: Salón Comunal barrio La Liga, Fecha: Viernes 15 de agosto, Hora: 5:00 pm (Comisión Interclesial de Justicia y Paz, agosto 22 del 2008).

Al respecto, Yoffe (2014), siguiendo al sociólogo clásico Emile Durkheim (1982), afirma que las manifestaciones y actividades de conmemoración colectiva pueden beneficiar a los individuos y cumplir una función social en la que se intensifican las emociones compartidas y se establecen lazos de solidaridad y unión; asimismo, Gorer (1965), plantea que, los escenarios de conmemoración colectiva son claves en el proceso de duelo; los usos, rituales y costumbres funerarias o de memoria a los muertos brindan apoyo a los deudos al permitirles hacer, junto a otros, plegarias para los difuntos, que posibilitan un acompañamiento en el proceso de duelo; para el caso, las vigilias y plegarias representan también un espacio para el duelo, de hacer memoria a los muertos, y a su vez lugar de encuentro en que se manifiesta colectivamente el dolor que causa la guerra.

Por su carácter religioso y con la fe como vehículo para movilizar la resiliencia, las plegarias y las vigilias han sido manifestaciones colectivas para hacerle frente a la violencia y el conflicto armado; la Diócesis de Barrancabermeja ha jugado un papel clave como articulador y generador de estos escenarios de oración y movilización social para el perdón, resiliencia y reconciliación; con todo, las vigilias y plegarias resultan escenarios claves porque hasta la actualidad se mantienen como manifestaciones de fe y petición para el cese de los actos violentos.

Fuentes: ⮚ Comisión de la Verdad (s,f), Despliegue territorial, Magdalena Medio, Página web: https://web comisiondelaverdad co/en-los-territorios/despliegue-territorial/magdalena-medio.

⮚ Centro de Transparencia, (2022), Historia, actores e intereses en el Magdalena Medio, Disponible en: https://www centrodetransparenciappii org/publicaciones/historia-actores-e-intereses-en-el-magdalena-medio.

⮚ Comisión Interclesial de Justicia y Paz (agosto 22 del 2008), Plegaria por la vida ante la amenaza paramilitar en Barranca, Disponible en: https://www justiciaypazcolombia com/plegaria-por-la-vida-ante-la-amenaza-paramilitar-en-barranca/.

⮚ Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2008), RUTAS, CAMINOS Y EXPERIENCIAS DE NUESTRA GENTE DEL MAGDALENA MEDIO, SISTEMATIZACIÓN DE LOS PROCESOS DE DESARROLLO ECONÓMICO, SOCIAL, POLÍTICO Y CULTURAL ADELANTADOS POR EL PROGRAMA DESARROLLO Y PAZ DEL MAGDALENA MEDIO ENTRE 1995 Y 2008, Pro-offset Editorial SA, Bogotá.

⮚ Yoffe, L (2014), Rituales funerarios y de duelo colectivos y privados, religiosos o laicos, Avances en Psicología, 22(2), 145-163.

⮚ Zarate, R (2015), De las movilizaciones sociales a las acciones colectivas por la paz, caso Barrancabermeja 1970 – 2000, PROSPECTIVA, Revista de Trabajo Social e intervención social, (12), 251-272.

Resultado
Manifestaciones colectivas de recordación a las víctimas y recursos espirituales de resistencia al contexto de violencia vivido en la región del Magdalena Medio por parte de: actores de la sociedad civil, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales e institucionalidad; espacios colectivos en los que, con cantos, oraciones, memorias a las víctimas y actos culturales, se reflexionaba sobre la agudización de la violencia, el rechazo al conflicto, y se pedía por la paz en la región.