41. Fundación Integral para el Desarrollo Social en Colombia (INCOLDES)

OBSERVATORIO - CASOS - ARQUIDIÓCESIS DE IBAGUÉ

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Lugar: Corregimiento de Puerto Saldaña, municipio de Rioblanco, Tolima.
Modalidad: Paz y Reconciliación.
Tipo: Antropológica, Ecológica, Estructural y Teológica.
Autores: Arquidiócesis de Ibagué y Mariluz Biscue Urbano directora y representante legal de INCOLDES.
Participantes: Arquidiócesis de Ibagué y Pastoral Social.
Otros: Ninguno.
Objetivo: 1) Asesorar a las diferentes comunidades en el ejercicio de la protección y defensa de sus derechos; 2) Fomentar la paz, la reconciliación y la convivencia a través del diálogo entre la cultura, el deporte, el arte y la expresión artística; y 3) Proveer la formación en derechos humanos y cultura de paz, acompañamiento y acceso a la justicia en casos señalados en la ley.
Timeline: Desde el año 2013 hasta la actualidad.
Duración Diez años y en procesos de consolidación.
Descripción de la experiencia

La incursión de las Farc-EP en el sur del Tolima se hizo visible el primero de abril del año 2000 con una arremetida militar en la que durante una semana, seis de sus frentes, atacaron a la población del corregimiento de Puerto Saldaña, municipio de Rioblanco, desplazando a 3601personas; este fue el inicio de un mes en el que una toma y una retoma de la guerrilla causaron decenas de muertes, miles de desplazados, y todo un pueblo abandonado (Rutas del Conflicto, 2019); igualmente, en el Norte del Tolima, los paramilitares se apropiaron de los municipios de Mariquita, Fresno, Líbano y Lérida, obligando a muchos pobladores a desplazarse, particularmente a aquellos que habían hecho parte de organizaciones sociales (CNMH, 2022); entre el 25 y 28 de abril de ese mismo año 2000, guerrilleros del Frente 21 de las Farc-EP mataron a 14 personas, en varias veredas, ubicadas en el municipio de Rioblanco, Tolima, cercanas al corregimiento de Puerto Saldaña; algunos de los pobladores fueron asesinados en sus viviendas y lugares de trabajo; la cifra de víctimas que dejó la masacre no es exacta, pues otras siete personas fueron asesinadas en circunstancias desconocidas en lugares aledaños al corregimiento, según cifras oficiales, por lo menos 400 personas se desplazaron a raíz de estos hechos (Sánchez & Riaño, 2018; CNMH, 2022).

En este triste panorama, Mariluz Biscue Urbano (protagonista de este caso), es víctima del conflicto armado en el sur del Tolima: “en un corregimiento que se llama Herrera Tolima yo salí desplazada en el año 2005 de toda esa confrontación armada que existía en Rioblanco y Puerto Saldaña; así, como una mujer víctima del conflicto armado, madre cabeza de familia con cuatro hijos y campesina, llegué a Ibagué a iniciar un proceso a un territorio desconocido donde no tenía la educación suficiente; eso no fue fácil, hubo muchas lágrimas, mucho sufrimiento, mucho dolor”; después de dos años muy duros para Mariluz y sus hijos, en el 2008, al observar las falencias y vulneración de los derechos propios y comunitarios en la región, y frente a la exigencia de vivienda, comida y educación, inició un proceso de formación de líderes, a consecuencia del ingreso a la universidad, ya que allí empezó a mirar cómo creaba una organización que permitiera apoyar a la comunidad; pasó el tiempo, y el 6 mayo del 2013 nació la Fundación Integral para el Desarrollo Social en Colombia (INCOLDES), siendo Mariluz la directora y representante legal, encargada de la defensa de todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de los territorios.

Aquí surgen las Mesas de Participación Efectivas para las víctimas del conflicto armado, en donde se empieza a realizar un proceso de acompañamiento en todos los enfoques, lo cual se puede relacionar con los Círculos de Diálogo, una herramienta para la transformación de los conflictos, los cuales son espacios que parten del reconocimiento de las diferencias en los conflictos existentes; si bien se estableció una guía para su desarrollo, los asesores y asesoras, y líderes formadores y lideresas formadoras, fueron quienes a partir de su experiencia y conocimiento de los territorios y conflictos realizaron adecuaciones propositivas a la metodología para su desarrollo en los territorios propios (como es el caso de Mariluz desde su experiencia).

Esta propuesta, desde INCOLDES, es un abordaje dinámico y diferente que permite la construcción de acuerdos desde el reconocimiento de la diversidad, de la palabra, la escucha activa y la empatía como bases de estos escenarios; este escenario requiere de toda una planeación desde lo conceptual, metodológico y logístico, para propiciar los encuentros de las partes involucradas y generar espacios de confianza y nuevos vínculos para el desarrollo de los círculos de diálogo como aporte para la construcción de la paz desde los territorios; previo al desarrollo de los círculos de diálogo, se han establecido parámetros para la selección y análisis de los posibles conflictos a trabajar, para luego contar con una ruta establecida para la convocatoria, desarrollo y evaluación de la estrategia de transformación de conflictos aquí propuesta; es de anotar que, a partir de este momento pedagógico, los líderes formados y lideresas formadoras, pasan a hacer parte del equipo facilitador en el desarrollo de los círculos de diálogo.

Para el 2018, después del proceso de paz, INCOLDES se planteó cómo puede aportar a la paz como organización de víctimas del conflicto armado a partir de la gestación de escenarios de reconciliación, como lo menciona Mariluz: “el primer acto de reconciliación fue con la señora Victoria Sandino, quien vino acá a Ibagué en un acto de reconciliación de 100 personas, me pidieron perdón, nos abrazamos; ella no fue la que me desplazó, pero en esos actos fueron tan bonitos, donde hubo lágrimas, donde hubo ese duelo de decir qué bendición al abrazarnos en este momento y decidir curar una herida; regresé a Herrera después de casi quince años de haber salido de mi corregimiento y fue muy hermoso llegar a inicios del 2018 con casi 100 personas víctimas del conflicto armado”.

De tal forma, los procesos organizativos favorecen los procesos de reconciliación, desde la dimensión psicosocial, en la medida que sirven de catalizadores emocionales que pueden transformar el dolor en acción debido a que “las personas necesitan la oportunidad y el espacio para expresar el trauma y el dolor provocados por lo que se ha perdido y la ira que acompaña al dolor y a las injusticias que se han sufrido” (Lederach, 2007, p, 61); en otros términos, el perdón es individual, aun en el marco del conflicto armado, entendiendo que el perdón deviene de un asunto íntimo que la persona evalúa desde su cosmovisión, prácticas culturales y religiosas, teniendo en cuenta también las posibilidades en términos de salud mental, emocional y efectos comunitarios que genera el perdón para los participantes; así, se puede decir que existe un papel importante que juega Dios en el perdón: “porque cuando tú conectas el tema del perdón indudablemente estás conectado con Dios porque permites que Dios entre a tu corazón, permites que Dios haga esa sanidad, para poder decirle a la otra persona que lo perdonas es un paso que te acerca cada vez más al lugar que en algún momento perdiste”, cerró Mariluz.

Fuentes.

• CNMH (2022), Puerto Saldaña: la memoria retornó a la tierra, Recuperado de https://centrodememoriahistoricagovco/puerto-saldana-la-memoria-retorno-a-la-tierra/.

• Lederach, J (2007), Construyendo la paz, Reconciliación sostenible en sociedades divididas, Bilbao: Bakeaz.

• Rutas del Conflicto (2019), Masacre de Puerto Saldaña, Recuperado de https://rutasdelconflictocom/masacres/puerto-saldana.

• Sánchez, C y Riaño, D (2018), Puerto Saldaña: al filo de la guerra Investigación periodística, Bogotá: Universidad del Rosario.

Resultado
La historia de Mariluz Biscue Urbano permite pensar el perdón en dos sentidos: en primer lugar, como un ejercicio íntimo, individual e incluso religioso que las víctimas toman como opción, que puede ser procesual y gradual, donde implica la elaboración de emociones y la sanación interior; esta dimensión es muy clara en las comunidades beneficiarias de los procesos desarrollados por INCOLDES; pero, por otro lado, hay una dimensión jurídico-política del perdón que se relaciona más claramente con las transformaciones sociales y políticas necesarias para el restablecimiento de la funcionalidad institucional o social, posterior a periodos de conflicto o convulsión política y social.