38. El Triunfo por la vida

La presencia de bandas criminales, tras la desmovilización de los grupos paramilitares, no es muy clara en el departamento del Tolima; de acuerdo con el analista Camilo Echandía, “la caída en la producción de amapola en el departamento es un factor que podría explicar el hecho de que, con posterioridad a la desmovilización de los paramilitares, no se reporte presencia de bandas criminales en Tolima” (FIP, 2013, p, 16); en 2012, un reportaje del diario regional El Nuevo Día, daba cuenta de que aunque las autoridades continúan descartando la presencia de bandas, la situación de orden público en la región norte del departamento indicaba lo contrario, en los municipios de Mariquita, Casablanca, Cajamarca y Fresno ocurren micro extorsiones, reclutamientos forzados y homicidios selectivos; se denuncia como responsables a “Los Rastrojos” y a una banda llamada “Comando Niche”, la posible presencia de “Los Rastrojos” en el norte, tendría que ver más con el atractivo del departamento como corredor estratégico (FIP, 2013).

Para el 2015, “la Defensoría del Pueblo advirtió sobre el reclutamiento forzado de jóvenes en Tolima a manos de una nueva “banda criminal” autodenominada “Fuerzas Irregulares Armadas de Colombia” (FIAC), cuyos presuntos colaboradores en Ibagué fueron capturados por el Ejército y el CTI; se trata de una estructura encabezada por herederos y mandos medios del exparamilitar Pedro Oliveiro Guerrero Castillo, más conocido como “Cuchillo” (Gobernación del Tolima, 2016, p, 12), quienes disputan el control de las rutas para el tráfico de estupefacientes, así como las ganancias derivadas de una economía delincuencial que pasa por la extorsión, las amenazas y los homicidios selectivos, entre otras actividades; el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría y la Regional Tolima realizaron una investigación que permitió focalizar el fenómeno del reclutamiento en la Comuna 4 de Ibagué donde al menos 12 jóvenes, según los casos documentados por la Fiscalía General de la Nación, fueron llevados, mediante engaños, para engrosar las filas de esa organización armada ilegal, entre octubre de 2014 y febrero de 2015.

En este contexto, en la Comuna 4 de Ibagué, concretamente en el barrio El Triunfo, no ha sido excepción ante el escenario de reclutamiento, persecución y violencia debido a la discordia y enfrentamientos entre varios grupos en donde fue asesinado el joven Diego Armando Parga Narváez, hijo de Pracedis Narváez Sánchez (primera protagonista de este caso), tal como lo narró: “Para el 2020 lamentablemente le pasó a mi hijo; esa noche tomó licor con mi otra hija y los primos que estaban compartiendo en la casa, ya eran las 9:30 o 10:00 de la mañana, y él salió a comprar más trago porque se les había acabado; él salió a la calle y pues lamentablemente encontró un muchacho, que según los videos, le dice algo a mi hijo y mi hijo le dice que conmigo no es, que yo no y movía las manos en negación, pues él se confía y el muchacho lo apuñala y muere”.

Este suceso marcó a la familia de Pracedis Narváez, no solo por la pérdida del hijo, sino que a causa de ello los empezaron a seguir, a amenazar e intimidar a sus hijos y nietos, el mismo sujeto que había asesinado a Diego Armando; esta zozobra dio paso a que Pracedis realizara gestiones para que arrestaran al sujeto hablando, en tres las primeras acciones que realizó, con el presidente de la Junta de Acción Comunal para buscar labores que mitigaran el impacto y el miedo en la población del barrio ante las bandas criminales presentes, así como buscar una solución pacífica desde la unión de la comunidad realizando velatones y una misa en conmemoración al año de fallecido de su hijo; aquí, sobresale el segundo protagonista de este caso, Jesús Augusto Serna Tafur, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio El Triunfo, que como líder social ha buscado desde lo espiritual generar acciones de diálogo con niñas, niños y adolescentes para prevenir el impacto e incidencia de las bandas, por ello, una de las gestiones (junto con la administración municipal) fue la creación de un comedor comunitario para la población necesitada de alimento.

Con el respaldo de la Parroquia Santos Ángeles Custodios, en cabeza del padre Javier López Vanegas y la Legión de María, la Junta de Acción Comunal tomó acciones preventivas ante el consumo de sustancias psicoactivas, el reclutamiento forzado y llevó acciones humanitarias a la población, por ende, “las mismas familias han decidido por ellas mismas decir ¡no más!, paremos este ciclo de violencia en el sector, en el barrio, queremos reconciliación y unidad para sacar a las familias adelante”, enfatizó Jesús Augusto; estas acciones también se han replicado en el sector del Pijao con la construcción de un comedor comunitario, y un trabajo muy cercano con la Iglesia Católica, cuya importancia del comedor para niños, niñas y adolescentes es acercar, como lo menciona Jesús Augusto, “al menor estigmatizado, el menor sufrido, ahí es donde uno puede hacer el trabajo para que aprenda a sanar su corazón; hoy la comunidad del sector del barrio El Triunfo y los barrios aledaños, piensan que el barrio ha cambiado un 99,9% ya que no se ven esas pandillas”.

Las acciones de Pracedis Narváez Sánchez y Jesús Augusto Serna Tafur se unen a causa del homicidio del hijo de Pracedis, el cual dio paso a la unión comunitaria como elemento de resistencia ante la violencia mediante la espiritualidad que conllevan los actos de los velatones y las misas conmemorativas; a su vez se habla del pasado a través de actos conmemorativos para sanar las heridas que le ha dejado el conflicto, recordar a sus seres queridos, no olvidar y exigir justicia: “Esto nos sirve para desahogarnos, para ver a la familia, para unirnos como comunidad, así poco a poco el dolor se va alejando, entonces vienen otras alternativas importantes”, dice Jesús; porque recordar es vivir, recordar esos tiempos de tristezas también brinda alegrías porque es muy importante para nosotros no olvidar”, agregó Pracedis.

El conmemorar es una forma de continuar generando una conciencia social frente a las dimensiones y dinámicas del conflicto que ha dejado millones de víctimas a lo largo de todo el territorio nacional, es continuar acompañando a las víctimas en sus reivindicaciones, luchas y resistencias, entre ellas las conmemoraciones que son espacios de interpelación social, de reunión entre quienes han sufrido, dignificación y reconocimientos de las víctimas, espacios simbólicos que generan una reflexión hacia el mañana, también de denuncia frente a lo sucedido; es por todos ellos que las conmemoraciones deben seguir con el anhelo de construir reconciliación y paz en las víctimas.

Fuentes.

• FIP (2013), Informe de Gestión Bogotá: Fundación Ideas para la Paz.

• Gobernación del Tolima (2016), Cartografía Participativa y Prospectiva de Reintegración de Excombatientes y Riesgos de Violencia, Tolima: Secretaria del Interior Dirección de Derechos Humanos, Justicia, Paz, Convivencia Ciudadana y Orden Público.

• Harr, G (2005), Religion: source of conflict or resource for peace? En: G, ter Haar, & J, Busuttil (Edits), Bridge or Barrier: Religion, Violence, 3-34, Boston: Brill (International Studies in Religion and Society).