34. Concern Universal

OBSERVATORIO - CASOS - ARQUIDIÓCESIS DE IBAGUÉ

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Lugar: Ibagué, Tolima.
Modalidad: Paz y Reconciliación.
Tipo: Antropológica, Ecológica, Estructural, Teleológica, Estructural y Teológica
Autores: Iglesia Católica de Aachen en Alemania, Consejo de Laicos de Aquisgrán
Participantes: Jaime Daniel Bernal Gonzales, Coordinador de Proyectos de la Fundación Concern Universal-Colombia (FCU-C)
Otros: Naciones Unidas, Alto Comisionado para la Paz en Colombia
Objetivo: Construir tejido social humano reconciliado en el departamento del Tolima.
Timeline: Desde la Tragedia de Armero el 13 de noviembre de 1985 hasta la actualidad
Duración Treinta años y en proceso de consolidación
Descripción de la experiencia

Armero, tercera población más grande del departamento del Tolima, era un importante centro agrícola con capacidad de producir más de la quinta parte del arroz de Colombia, además del algodón, sorgo y café, se le puede atribuir esta fertilidad a la cercanía con el Nevado del Ruiz, siendo este también promotor principal de su desaparición; el Nevado del Ruiz había experimentado varias erupciones al trascurrir de los años dejando un sin números de personas heridas y fallecidas, pero la erupción del 13 de noviembre de 1985, hacia las 9:20 de la noche, provocó el deshielo del glaciar que, a su vez, causó una gigantesca avalancha de lodo y piedras; esta avalancha, después de recorrer 48 Km en descenso, sepultó la localidad de Armero, arrasando más de veintitrés mil vidas y llevando a la desaparición de la infraestructura de la ciudad (Darrel, 1986).

La tragedia de Armero, fue la oportunidad para que diversas manos voluntarias se unieran para proteger a las personas afectadas por el desastre causado por la erupción, una de ellas fue Siobhan McGee, Directora y Representante Legal de la Fundación Concern Universal-Colombia (FCU-C), que a través de diversas acciones contribuyó a mejorar las condiciones de vida de la población vulnerable en el territorio tolimense; tal como lo narra Jaime Daniel Bernal González (protagonista de este caso y Coordinador de Proyectos de la Fundación): “nace hace más de 53 años por iniciativa de sacerdotes y laicos que habían trabajado en África y, en Colombia, hace 30 años (el 24 de septiembre de 1993) a raíz de la tragedia del volcán Nevado del Ruiz; la primera acción se realizó en el municipio de Armero-Guayabal, Tolima, con procesos de salud preventiva y educativa”.

A raíz de la situación sociopolítica de la zona norte por la llegada de los paramilitares y por temas de intimidación y persecución a los líderes de la Fundación, se trasladó la oficina al barrio Tierra Firme en Ibagué en el año 1996, -recién consolidado el proceso de amnistiados con el M-19-, donde actualmente desarrolla actividades en el Tolima, y en donde para la época solo había cinco casas, sin energía eléctrica, ni agua; por lo cual, Concern Universal ha sido testigo del crecimiento del barrio y adelantado un trabajo importante en los asuntos de la reconciliación y la paz, como la defensa de la vida y de los derechos humanos, en lo específico a las acciones de prevención de violencias contra niñas, niños y adolescentes, el fortalecimiento familiar, la educación, el medio ambiente, la soberanía alimentaria y el fortalecimiento de la identidad étnica en jóvenes indígenas Pijaos; es de destacar que una de las primeras acciones de reconciliación y paz gestadas por Concern Universal fue el acuerdo de cooperación internacional con Alemania, gracias al apoyo de Stephan Miethke y su articulación con el Consejo de Laicos de Aachen, los cuales desde 1998, han contribuido al servicio para la paz y la reconciliación con la Iglesia Católica de Aachen en Alemania donde jóvenes vienen a apoyar las acciones de paz y desarrollo, en palabras de Jaime Bernal: “nos ha permitido conectar y reconciliar el norte global y el sur global”.

Posteriormente, se realizaron procesos de Educación para la Paz en el sur del Tolima que coincidieron con el inicio de la implementación del Acuerdo de Paz entre el Estado y las Farc-EP a nivel nacional y en las regiones, por lo que se realizaron procesos de socialización en Ataco, Chaparral, Planadas y Rioblanco; en busca de construir agendas educativas rurales locales y subregionales con una visión de paz y reconciliación territorial, se observa que las acciones de la Fundación son un claro ejemplo de redes de sociabilidad integrada por las relaciones de vecindad, amistad o de parentesco, redes de comunicación compuesta por las relaciones que hacen posible la comunicación fluctuante determinada por el diálogo y la interacción mutua, redes de transacción que tienen que ver con la movilización de recursos, resolución de conflictos y la utilización de intermediarios (Henao, 1998, p, 64; Muñoz, 2009); es así como el tejido social lo han entendido como un proceso de construcción permanente, de carácter tanto personal como social y cultural fundamentado en una concepción integral de los seres humanos y que da cuenta de la generación y afianzamiento de lazos que unen los diferentes intereses individuales y les da un sentido colectivo (Muñoz, 2009, 19-28).

Otras de las labores que han realizado, en miras hacia la reconciliación, es la pastoral social y la soberanía alimentaria, en donde mediante recetas culinarias -con productos que se tengan en el hogar- se busca una excusa para generar espacios de encuentro, reflexión sociopolítica y construcción de paz, de las cuales se han trabajado132 recetas; asimismo, otros de los proyectos que se han desarrollado, junto con la Junta de Acción Comunal de Tierra Firme y las Naciones Unidas, es el de avistamiento de aves con niños y adultos en el cual ya hicieron una caracterización de ejemplares y sacaron un calendario para contribuir al cuidado de las quebradas Obando, San Roque y el río Alvarado.

En la historia de Concern Universal se han beneficiado niñas, niños, adolescentes y jóvenes, indígenas, mujeres, hombres, comunidad LBGTIQ, maestros, funcionarios de alcaldías, sacerdotes y laicos de diferentes parroquias del Tolima; también se han hecho acciones con víctimas y reincorporados de la violencia de Colombia, las cuales han tenido que ver con sus derechos y responsabilidades, huertas y cuidado del medio ambiente como generación de ingresos a pequeña escala, participación en la construcción de políticas públicas, atención a niñas y niños a través de centros de desarrollo infantil y familiar -; es de enfatizar que todas estas acciones de Concern Universal han sido posibles gracias al soporte de países como Alemania, Irlanda, Inglaterra, Países Bajos, Unión Europea, Estados Unidos, la Iglesia Católica de Aachen, agencias de las Naciones Unidas, y la cooperación nacional del ICBF, la Gobernación del Tolima y el Alto Comisionado para la Paz-.

Jaime Bernal ve el camino hacia la paz en el recurso humano, mujeres y hombres del departamento del Tolima, por lo cual la Fundación se enfoca en el empoderamiento de los distintos grupos marginados, así como lo describe: “Primero hay que aprender a ser un ciudadano democrático, lo que falte luego resulta prácticamente automático; hacerse consciente que uno es ciudadano es una necesidad importante para las mujeres y hombres de Colombia en la época del posconflicto, pues con esta actitud alcanzan una conciencia de que están involucrados en un proceso de construcción”; esto quiere decir que mediante la educación se puede generar esta conciencia, como lo recalca Jaime: “la paz es una convivencia vivaz, reconciliación y paz deben coger vida en la cotidianidad de cada una y uno: en la vecindad, en el colegio, en la tienda de la esquina, en el transporte público, en el bar, en la heladería y en el trabajo”.

Fuentes.

• Darrel, G (1986), La historia de la tragedia, Nueva Frontera, 16(22), 17- 22.

• Henao, D (1998), Comunicación y redes sociales, Bogotá: Universidad Nacional Abierta y a Distancia, 64.

• Muñoz, J (2009), Migraciones, tejido social y redes, Diálogos Migrantes, (3), 19-28.

Resultado
La Fundación Concern-Universal Colombia es un claro ejemplo de construcción del tejido social humano en el departamento del Tolima, la mayoría en áreas de conflicto, porque promueve la convivencia pacífica de las personas, genera procesos de desarrollo comunitario para mejorar las condiciones de vida en los territorios y le apuesta a la paz sostenible en todos los niveles, nunca desde arriba, siempre desde las bases.