33. Reconciliación y Apicultura: sistemas de vida sostenible

OBSERVATORIO - CASOS - ARQUIDIÓCESIS DE IBAGUÉ

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Lugar: Ibagué, Tolima.
Modalidad: Memoria histórica, Reconciliación y Paz.
Tipo: Antropológica, Ecológica, Estructural yTeológica
Autores: Fray Alonso Espinoza Mora
Participantes: Fray Alonso Espinoza Mora
Otros: Ninguno.
Objetivo: Constituir sistemas de vida sostenibles desde la apicultura, en donde la reconciliación se constituya en un acto de amor, de comprensión y de superación de un momento histórico.
Timeline: Desde el periodo de La Violencia en Colombia (1946-1958), genocidio de la Unión Patriótica desde 1985, hasta la actualidad
Duración Trayectoria vital de Fray Alonso Espinoza Mora
Descripción de la experiencia

El ejercicio de recuperación de la memoria histórica contribuye a la dignificación de las víctimas y las comunidades afectadas del conflicto armado al rescatarse las voces de estas para superar el silencio que impuso las situaciones de violación a los derechos humanos; estas voces, que fueron acalladas, pero que quieren volver a hablar, son el inicio de la reconstrucción del tejido social que permite el desarrollo de sociedades democráticas, activas políticamente y que buscan continuamente el ejercicio de su ciudadanía; en este panorama, resalta la historia de Fray Alonso Espinoza Mora (protagonista de este caso), como víctima de la violencia bipartidista de los años 50s y de la persecución de la Unión Patriótica, en donde él se ha conformado en una representación de memoria ejemplar como un modelo liberador por cuanto da espacio para el perdón y como un acto político de crítica en el presente que busca, sin negar la singularidad del hecho pasado, reconocer que aquellos acontecimientos pueden categorizarse en modelos más grandes o generales y, desde ahí, establecer continuidades con nuevos actores en nuevas circunstancias (Todorov, 2000, p, 31).

La primera violencia del que fue víctima Fray se generó en agosto del año 1956 cuando su padre se opuso a la masacre de cinco liberales por parte de los conservadores: “mi padre era de una familia conservadora y entonces decidió proteger a cinco liberales y, a los ocho días, vinieron los conservadores y lo asesinaron porque supuestamente era un traidor; lo mataron cuando yo tenía tres años y seis meses, así comenzó una historia doble que fragmentó a la familia”; esto pone de manifiesto la Violencia, con mayúscula, que dominó la historia de Colombia entre el año 46 y el 58 y que fue en realidad una suma de muchas y variadas violencias políticas, sociales, económicas y religiosas que las unificó a todas el hecho que fueron impulsadas por los gobiernos de la época (Guzmán, Fals Borda & Umaña, 2005).

La expresión de los conflictos bipartidistas, intensificados en el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán (9 de abril de 1948), se manifestaron en una violencia rural que acompañó a los gobiernos conservadores del período de La Violencia que tuvo características muy concretas, en lo más inmediato, se trató de una estrategia electoral para que el minoritario Partido Conservador no perdiera el poder que había recuperado gracias a la división liberal (Sánchez & Meertens, 1983; Guzmán, Fals Borda & Umaña, 2005), y a eso contribuía el tradicional y atávico enfrentamiento ideológico entre conservadores y liberales, entre godos y cachiporros, entre azules y rojos, dos banderas políticas que en el país nunca fueron materia de libre elección, sino que se transmitían hereditariamente con el fanatismo de los dogmas.

Entre los departamentos andinos más afectados por esta guerra estuvo el Tolima en donde la persecución implacable contra los gaitanistas se tradujo en pocas, pero cruentas masacres de población liberal, que tienen por escenario los municipios de Anzoátegui, Falan, Chaparral, Cunday y Rovira, todos ellos de mayorías liberales, con excepción de Anzoátegui, que presentaba una distribución electoral paritaria entre los dos partidos (Pineda, 1960); en este contexto, se da el fatídico asesinato del padre de Fray que fragmentó a su familia; este primer suceso, en vez de generar más odio, dio paso a la reconciliación y perdón para hacer una transición verdadera a la paz interior en Fray, tal y como lo menciona: “Dentro de mis anécdotas, una vez se acercó una persona y me dijo: ¿qué haría si usted se encuentra con una persona que ayudó al aniquilamiento físico de su papá y que está trabajando ahora en la sociedad? Pensé, yo lo primero que haría es perdonar; a partir de ahí, vino la cuestión que durante tres años yo no pagaba pensiones en el colegio, la persona -que había participado en el asesinato- respondió pagándome las pensiones; él murió sin saber que yo sabía, nunca le dije”.

Sin embargo, este no fue el único suceso del que fue víctima Fray, después de sus estudios y una beca que obtuvo para su licenciatura en la Universidad del Tolima por puntaje de estudio, decidió vincularse a un grupo político distinto a los que tradicionalmente su familia participaba (liberales o conservadores), por lo que se vincula en el año 85 a la Unión Patriótica (UP), donde se desempeñó como Concejal del Líbano y Venadillo; en este punto, es de recordar que la UP surgió como un desarrollo de los acuerdos de La Uribe en 1984, en los cuales se estipuló que los integrantes de las Farc-EP tendrían derecho a organizarse, política, económica y socialmente según su libre decisión, para lo cual el Gobierno le otorgaría, de acuerdo con la Constitución y las leyes, las garantías y los estímulos pertinentes; así, en 1985, la UP hizo su primer Congreso Constitutivo donde se definió su programa político con una Dirección Nacional y se constituyó como una organización civil, política, legal y legítima (Romero, 2011): planteó una plataforma política estructurada para la construcción de una democracia real a partir de un conjunto de acciones que pretendían romper con el orden tradicional, tales como el levantamiento del estado de sitio, el respeto a los derechos humanos, el desmonte del monopolio de los partidos tradicionales y la apertura de escenarios de participación popular a las mayorías (Ortiz, 2008).

Ahora bien, el genocidio de la UP inició a partir del rompimiento de los acuerdos de paz entre el Estado y las Farc-EP en1984, en donde no solo se suprimió cualquier posibilidad de una salida negociada al conflicto, sino que también se dio vía libre a un proceso de eliminación sistemática contra los militantes de la UP; si bien el inicio de los hostigamientos y atentados contra los militantes de la UP había iniciado desde 1984, fue a partir del fin de los diálogos de paz que fue más abierto y frontal el exterminio de este movimiento (Ortiz, 2008; Romero 2011); cuando se agudiza la masacre, el movimiento político decide enviar a Fray a estudiar a Alemania durante el 87 y 88; cuando regresa en 1989 vuelve a ser concejal, pero esto le conllevó persecución y amenazas que le obligaron a abandonar toda actividad política; sin embargo, esta situación da paso a que Fray decida ingresar al mundo de la apicultura en el ámbito de pequeño empresario y de ahí continuar con sus labores políticas desde lo académico; en este punto de su vida, hace un vínculo entre la apicultura, la seguridad y soberanía alimentaria ante los nuevos sistemas de producción y ecosistemas afectados por el cambio climático.

Tal como lo menciona Alonso: “Yo en mi trabajo, como tal, estoy defendiendo y cultivando constantemente un insecto que permite que el 70% de los alimentos sean posibles, en ese sentido, estoy contribuyendo en gran parte con la paz defendiendo para que haya un equilibrio en el ecosistema entre fauna y flora y defendiendo, en general, la vida como tal”; este accionar de Fray, después de todo lo vivido, pone de manifiesto que la reconciliación, la construcción de paz y resiliencia tiene que ver con desarrollar un trabajo social que piense en los otros (independiente de su rol o creencia) y que inculque el papel de la dignidad y el bienestar del sujeto de derechos.

Fuentes.

• Guzmán, G, Fals Borda, O y Umaña, E (2005), [1962, 1963], La Violencia en Colombia (tomos I y II), Bogotá: Taurus.

• Ortiz Palacios, I (2008), Memoria narrada, narración de una historia: el genocidio político contra la Unión Patriótica, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

• Pineda, R (1960), El impacto de la violencia en el Tolima: el caso de El Líbano Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Sociología.

• Romero, R (2011), Unión Patriótica: expedientes contra el olvido Bogotá: Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

• Sánchez, G y Meertens, D (1983,) Bandoleros, gamonales y campesinos, Bogotá: Áncora.

• Todorov, T (2000), Los abusos de la memoria, Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica.

Resultado
La historia de Fray es un ejemplo de cómo la dignificación y reconciliación en las situaciones de violencia permite mirar al futuro, reconstruir identidades, revalidar proyectos y, en esencia, construir un futuro en miras a la reconciliación de las comunidades, esfuerzos por mitigar el cambio climático, generar seguridad alimentaria y construir la paz.