10. Marcha por la vida, 2019

OBSERVATORIO - CASOS - DIÓSESIS DE APARTADÓ

Lugar: Apartadó, Antioquia.
Modalidad: Memoria histórica.
Tipo: Antropológica y estructural
Autores: Pastoral de la Diócesis de Apartadó, Alcaldía, Comisión de la Verdad
Participantes: Familias de las víctimas, Comisión de la Verdad e Iglesia católica
Otros: Feligreses en general de Apartadó
Objetivo: Recordar a las víctimas de la masacre de La Chinita
Timeline: Después de la desmovilización de las Farc-EP
Duración 1 día
Descripción de la experiencia

Según la Unidad de Víctimas, entre 1985 y 2021, el conflicto armado en Colombia afectó a más de dos millones de niños, niñas y adolescentes, en problemáticas como el desplazamiento forzado, el confinamiento, el reclutamiento hacía grupos armados ilegales y/o delincuenciales, el abuso y la violencia sexual (MIRE, 2021), que han dejado a la niñez y juventud, sobre todo en territorios históricamente golpeados por el conflicto armado y el narcotráfico, con pocas perspectivas de futuro y en una constante amenaza de violencia cotidiana; es por ello que, en esta Marcha por la vida del año 2019, que es además una serie de marchas anuales en donde ha participado la Diócesis de Apartadó, en unión con organizaciones de la sociedad civil, grupos políticos de diversa identidad, y el Estado, en donde se recordaron principalmente a los niños y jóvenes, quienes, han perdido sus vidas por hechos relacionados con el conflicto armado en toda la zona del Urabá.

Es en esta región, en donde las guerrillas de las Farc-EP y del EPL hicieron presencia, pero después llegaron ‘Los Mochacabezas’, como los pobladores reconocían a los grupos paramilitares, que la violencia se disparó convirtiéndose en un territorio de disputa entre guerrilleras y contrainsurgencia no siendo la persecusión política el único interés en esta zona de los armados ilegales, sino que fue y es sumamente estratégica para el tráfico de armas y narcóticos por su salida directa a los océanos Atlántico y Pacífico; así, entre 1988 y 2002 Urabá sufrió 103 masacres que ocurrieron en el Eje Bananero compuesto por los municipios de Turbo, Apartadó, Chigorodó y Carepa: masacres como las de La Chinita que dejó 35 personas asesinadas, el Aracatazo, en Chigorodó, que dejó otras 18 víctimas, las de Bajo del Oso, Los Kunas, Punta Coquitos y La Galleta, entre muchas otras (Rutas del conflicto, 2019).

Vale decir que la Marcha dentro de toda esta ola de violencia generalizada, como concepto sociológico, se relaciona con el de movilización social porque representan la unión de un grupo social en búsqueda de un fin; así, las marchas y movilizaciones sociales son fenómenos muy comunes desde mitad del siglo XX y su importancia puede cambiar o influir sobre estructuras políticas, económicas o sociales; con todo, una Marcha es una movilización de un grupo que expresa su insatisfacción o exige un cambio ante una problemática, existe un elemento en común que los une (aunque sea por el momento en que dura esa marcha), supone la reunión de ese grupo desde un lugar a otro, el desplazamiento sirve como una muestra de fuerza o presencia, y se caracteriza por el uso de banderas, estandartes o carteles que enuncian el por qué se marcha ( Bembibre, 2009).

Estas ideas conceptuales son cruciales porque ubican esta serie de marchas o movilizaciones sociales, que se vienen desarrollando en el Urabá antioqueño y chocoano desde finales del siglo XX, como un elemento esencial de expresión, denuncia y protesta pacífica de la población en general (sin distinción de edad, niños y adultos participando por igual) para recordar a las víctimas y para lograr desactivar las acciones violentas de los grupos que históricamente han hecho presencia en esta región, léase en concreto las guerrillas del EPL y la Farc-EP, disidencias de esta última guerrilla y el ELN, los grupos paramilitares de segunda generación (las AUC de los hermanos Castaño), bandas delincuenciales y del narcotráfico y el Clan del Golfo.

La Marcha del año 2019, visibilizada en este Observatorio, inició desde el parque de Los Bomberos hasta la Alcaldía de Apartadó, en donde alrededor de 200 personas, caminaron juntas para recordar a las víctimas y desaparecidos jóvenes de la violencia de toda la zona de Urabá; se hizo, al final, una Mandala con el uso de veladoras, piedras, flores y una eucaristía precedida por Monseñor Hugo Alberto Torres, obispo de la Diócesis de Apartadó de ese momento; caminar a través de las calles de la ciudad de Apartadó, con objetos que representaban a las víctimas (especialmente llevando fotografías de estos), fue la manera más eficaz para recordar y mantenerlas en la memoria, una manera de decir NO más violencia, de exigir la verdad y la reparación de los grupos violentos, pero también una manera para la construcción de memoria histórica para que no se olviden las víctimas y no se repitan las intensas olas de violencia que han azotado esta región.

Fuentes:  Bembibre Cecilia (2009), Definición de marcha, En Definición ABC.

 Mecanismo Intersectorial de Respuesta en Emergencias (MIRE) (Reporte, marzo de 2021), Colombia: Impacto del conflicto armado en niños, niñas y adolescentes.

 Rutas del conflicto (2019), Lo que hay que saber para comprender el conflicto en el Urabá.

 Apartadó Marcha, Disponible en: https://m Facebook com/imcca apartado/videos/marcha-por-la-vida-en-apartad%C3%B3las-diferentes-secretarias-de-la-alcald%C3%ADa-municipa/3301313726859288/?_se_imp=12vffwJsLDBZ9o2pJ

Resultado
Recordación de las víctimas, especialmente niños y jóvenes, de la región del Urabá antioqueño y chocoano que conduce a una catarsis colectiva para construir memoria histórica y un vehículo para el manejo del Duelo para toda la comunidad de esta región.