01. Centros Integrales de Escucha (CIE)

OBSERVATORIO - CASOS - DIÓSESIS DE APARTADÓ

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Lugar: Urabá.
Modalidad: Reconciliación y Paces.
Tipo: Antropológica y Estructural
Autores: Diócesis de Apartadó
Participantes: Profesionales de psicología, trabajo social, hermanas de San Juan Evangelista del Centro Integral de Escucha y comunidad en general
Otros: Comunidades en general del Urabá
Objetivo: Brindar espacios de atención, acompañamiento, diálogo y escucha a personas que han sido víctimas de algún tipo de violencia.
Timeline: Desde el año 2018 hasta la actualidad
Duración Cinco años y en proceso de consolidación
Descripción de la experiencia

La Diócesis de Apartadó fue creada con la Bula Quo Aptius del 18 de junio de 1988 con el fin de proveer “el bien espiritual de los fieles cristianos que viven en el Urabá antioqueño y chocoano”, haciendo parte de la provincia eclesiástica de Antioquia; los siguientes Obispos han sido sus directores: Isaías Duarte Cancino (1988-1995), Tulio Duque Gutiérrez, (1997-2001), Germán García Isaza (2002-2006), Luis Adriano Piedrahíta Sandoval (2007-2014) y Hugo Alberto Torres Marín desde 2015 hasta el presente (Diócesis de Apartadó, página virtual).

En ese marco de accionar religioso de dichos obispos, a partir del año 2018 esta Diócesis propuso los Centros Integrales de Escucha (CIE) en las zonas del Urabá antioqueño y el Darién chocoano para atender las problemáticas psicosociales relacionadas con el desplazamiento forzado, la violencia intrafamiliar y, en general, todo tipo de situaciones traumáticas para todo tipo de población (actualmente incluso migrantes o refugiados de Venezuela), a más de ayudar a construir la memoria histórica colectiva e individual de esa zona del país tan azotada por el conflicto armado; así, la labor empezó formando a un grupo de voluntarios, profesionales y no profesionales, que tuviesen la vocación de acompañar a la comunidad en sus problemáticas y, una vez consolidado el equipo de trabajo, se organizó el acompañamiento, según funcionarios de estos Centros, en dos troncos: el trabajo grupal, en donde las experiencias traumáticas de violencia ocurrieron en lo social, es decir, en donde el conjunto del tejido social se vio afectado; aquí, los CIE colaboran en conjunto con los grupos sociales y artísticos que atienden a la población y que generan desde la música, la danza, el teatro o el deporte procesos de construcción de memoria histórica y construcción/sanación del tejido social.

Eso quiere decir que el proceso de sanación, reconciliación, memoria histórica y resiliencia se construye inicialmente desde el colectivo; el segundo tronco, es para aquellas personas que necesitan un trabajo individual, una atención enfocada en sus necesidades particulares; aquí, se trabaja desde la biografía de la persona de la mano de una guía profesional; con todo, se trata entonces de ir de lo social, lo general, a lo individual si la situación lo amerita; este trabajo, o estos dos troncos, desde luego están anclados en las rutas estratégicas del trabajo social y espiritual de la Diócesis; en este caso, especialmente en aquellos sitios donde no se encuentra o es muy débil la presencia del Estado; la base de confianza, o el punto de inicio de este acompañamiento, se da entonces desde ese trabajo local y social que siempre ha hecho la Diócesis de la mano de las hermanas de San Juan Evangelista que han sido un punto de anclaje en las comunidades porque siempre han estado en ellas.

Esto también quiere decir que, si bien formalmente los CIE aparecen en el 2018, desde mucho antes el trabajo de la Iglesia venía adelantando este acompañamiento espiritual, social e individual; en materia de impacto, en los años 2018 y 2019, con la ayuda de 30 voluntarios, se atendieron a 100 personas, en el 2020 el proceso se detuvo en razón de la Pandemia, en mayo del 2021 se retomó labores siendo atendidas 600 personas en los siguientes municipios: Turbo (Currulao, Nueva Colonia), Apartadó (en la sede principal y en la sede del barrio Obrero) y Necoclí; en lo que va corrido de este año (2022) la atención ha estado concentrada en 80 familias con un estimado de 150 personas.

Ahora se trata de una labor permanente de acompañamiento y escucha, combinando el ejercicio profesional de psicólogos, pedagogos y trabajadores sociales en el área de apoyo psicosocial, y la tarea misional y evangelizadora de la Iglesia encargada de apoyar la espiritualidad y llevar el mensaje de amor al prójimo a esta región que históricamente ha sido tan azotada por la violencia manifestada por diversos grupos ilegales al margen de la ley, a través precisamente de la Escucha que ha sido una carencia de las víctimas del Urabá.

Fuentes.

 Diócesis de Apartadó (página virtual), www diócesisdeapartado org

Resultado
En proceso de construcción desde el año 2018 con cuatro centros de apoyo que, por motivos de la Pandemia, paró actividades en el año 2020, pero retomó actividades desde mayo de 2021 siendo atendidas, en un estimado general desde su fundación en 2018, unas 850 personas hasta la fecha.